Nueva muestra: Nudismo, armas y guías ciegos

Karen Croke
28.01.2010

De: Croke, Karen. «New show: Nudity, guns and blind do A controversial new show by Cuban artist Tania Bruguera.» LoHUDcom, New York’s Lower Hudson Valley, United States.

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Nueva muestra: Nudismo, armas y guías ciegos

Una nueva y controvertida muestra de la artista cubana Tania Bruguera

La última exhibición en el Museo de Arte de Neuberger de Purchase podría resultar un poco perturbadora a los amantes del arte locales. Habrá nudismo, guías ciegos y una proyección de nombres de lugares donde han ocurrido masacres políticas, todo obra de una controvertida artista cubana del performance y la instalación, quien en una ocasión ofreció cocaína a los espectadores como parte de una obra que trataba sobre la historia y la política de Colombia.

«Tania Bruguera: Sobre el imaginario político» es una obra sin duda alguna desafiante que se inaugura esta noche con una recepción de la artista y permanecerá abierta hasta el 11 de abril.  El sello distintivo de Bruguera es su uso del arte del performance como herramienta de crítica y comentario político. Más que simples y estáticos espectadores, los visitantes devienen participantes.

El evento, curado por Helaine Posner, curadora jefe del Neuberger, incluye seis recreaciones de instalaciones y performances que Bruguera ha hecho por todo el mundo, además de “Encuesta” producida para Neuberger en 2010.

«Al parecer, los museos quieren crear experiencias seguras para los espectadores. Pero yo estoy más en la provocación y la inestabilidad», dijo Bruguera, nacida en Cuba y miembro del profesorado en la Universidad de Chicago. «Aquí, en perturbadores performances, reinterpreto el desasosiego (el sonido de armas que se cargan y descargan)…la vulnerabilidad (la desnudez), pienso que eso abre la mente de la gente. Es un error ser condescendiente con el público e intentar que siempre haya seguridad… Al entrar a la muestra, estás tomando una decisión. Hay una entrada para la gente a través del texto en la pared…»

El impacto de su obra en los visitantes es visceral. En «Sin título (La Habana) 2000», se camina literalmente sobre capas de trozos de caña de azúcar por un túnel en forma de cueva (que recrea un túnel de la Fortaleza de La Cabaña). Por momentos tu pisada puede ser firme, pero si miras arriba, hay una pantalla con discursos de Fidel Castro. Si ahora tu equilibrio no es bueno, los cuatro hombres desnudos haciendo gestos hacia la pantalla harán que sea peor.

En “Encuesta 2010”, que Bruguera produjo para Neuberger, dos guías ciegos dirigen recorridos por el museo. Según Bruguera: «Quería que los guías fueran ciegos. Quería que acompañaran a los visitantes por la exhibición y que hablaran sobre el significado de mi obra ya que ellos pueden promover una comprensión alternativa del arte visual, un arte que va más allá de lo óptico hacia una comprensión multisensorial del material». A continuación aparecen algunas descripciones de las obras expuestas en el Neuberger:

Sin título (Kassel, 2002): El performance original se hizo en Kassel, Alemania, en el sitio que ocupaba una gran fábrica de armamento durante la Segunda Guerra Mundial. Engarzadas en un caballete sobre la entrada, intensas luces de 750 watts se apagaban hundiendo a los espectadores en la negrura. Solo entonces, advertían que el sonido que escuchaban era el de armas siendo cargadas y descargadas. En una pared se proyectan los nombres de lugares donde han ocurrido masacres políticas desde que acabó la Segunda Guerra Mundial. Esta recreación tiene la intención de ser perturbadora y provocativa.

«El Peso de la culpa»: La obra es una referencia a la leyenda cubana sobre nativos que protagonizaron un suicidio colectivo en un acto de resistencia contra los conquistadores españoles hace ya siglos. Según la leyenda, la población nativa comió tierra hasta morir. Aquí, la artista se mete en el cadáver de una oveja, hace una mezcla con tierra agua y sal, y se la come.

«Estas son obras metafóricas y viscerales», dijo Bruguera. «Por lo general, a los curadores les gusta mi obra, pero hay tantas reglas en cuanto al público…»

A menos que vayas al Neuberger pronto, cualquier cosa puede pasar.

Traducido al español por Ernesto Alvarez Valdivia